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#MKArq | Casa de Campo Rosario

Arquitectura contemporánea con espíritu rústico

Esta casa diseñada por Andrés Ortiz, ubicada en un entorno de campo con vistas abiertas a la cordillera, nace de un deseo claro: habitar el paisaje sin interrumpirlo. Sus dueños no querían una casa protagónica, sino un marco que potenciara la luz natural y la vista.

El desafío de elegir materiales

En arquitectura, elegir materiales no es solo una decisión estética, es una declaración conceptual. En este proyecto, todo tenía que parecer honesto, natural, sin maquillaje. Con una fuerte presencia de elementos nobles – piedras del cerro, durmientes de tren recuperados, madera de barricas locales– la búsqueda del piso ideal era clave.

Querían un pavimento que no compitiera con las texturas del entorno. Fue así como encontraron este porcelanato en tono gris óxido con destonalizaciones un poco doradas, que calza con precisión con la estética wabi-sabi de toda la casa. Un material resistente, versátil, de bajo mantenimiento y con un look muy actual, ideal para quienes buscan una estética rústica pero sofisticada.

Continuidad: el piso como tejido conector

Uno de los gestos más potentes de esta casa es la continuidad total del pavimento. El mismo porcelanato recorre áreas comunes, terraza, dormitorios, cocina y baños donde se fusiona con muros de hormigón pigmentado, una apuesta audaz por un material que envejece con dignidad y expresa la belleza de lo imperfecto.

En el cielo, la madera natural crea un eco visual con el piso, reforzando el efecto de una caja cálida y continua que envuelve sin competir con el entorno.

Baños que siguen el mismo lenguaje

En los baños principales se conserva el mismo porcelanato del piso, reforzando la continuidad de todo el proyecto. Para los muros, se eligió un porcelanato cementicio que dialoga con el hormigón pigmentado de la casa, creando un ambiente sobrio y texturizado.

El conjunto se completa con griferías y accesorios negros y muebles de baño en madera natural, manteniendo el equilibrio entre lo rústico y lo contemporáneo.

Detalles que cuentan una historia

Cada terminación cuenta algo. Las puertas de lenga con manillas de bronce, los guardapolvos de madera natural tintados en negro donde la veta sigue siendo protagonista, o la grifería negra geométrica, son piezas que refuerzan el relato de una casa actual con alma de campo.

En el baño de visitas, se vive una escena casi teatral: un durmiente de tren cruza el espacio como un altar, sobre él, una piedra natural traída desde Tailandia funciona como lavamanos y lo acompaña una grifería negra alta y geométrica que juega con las líneas del exterior. La luz entra fuertemente desde el fondo, delineando formas, en un guiño escenográfico.

Vivir el campo desde lo contemporáneo

Esta casa demuestra que el diseño contemporáneo puede ser cálido, táctil y emocional. No se trata de copiar un estilo rústico, sino de reinterpretarlo con sensibilidad y materiales nobles. Aquí, los materiales son protagonistas, pero no por su ostentación, sino por su capacidad de envejecer bien, de fundirse con el entorno y de contar una historia sin palabras.

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